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libro de san cipriano hechizos
Para llamar la fortuna y librarse, del mía. Para atraerá un individuo que se desvie. Sahumerio maravilloso contra los maleficios. Sortilegio de la piedra imán.
Como han apuntado mis informantes, si el campesino no cumple con sus obligaciones rituales, hasta los vientos de por sí benévolos o inofensivos pueden tornarse malévolos y enviar patología o desgracias. No es de extrañar ya que que el hombre temiera estas fuerzas sobre las que no tenía control y sintiese la necesidad de mantenerlos aplacados. A pesar de que resulta muy difícil entender el desarrollo histórico y popular que determinó las funciones de los h-meno\’ob, este oficio designa a una gama de especialistas en el saber de plantas medicinales usadas para la curación de diversas enfermedades. Los h-meno\’ob de el día de hoy perpetúan el vínculo ajustado entre los hombres de campo y los espíritus de la naturaleza, pobladores de los cerros y de los caminos; seres presentes en la intención antojadiza de los aires y vientos.
El Libro De San Cipriano
Alguno de éstos informa al curandero respecto de la naturaleza del mal. ¿De qué manera se desarrolla este reto entre uno y otro ente? El Ritual informa que la tarea del terapeuta consiste en enfrentarse con el espíritu, medirse con , localizar la forma de aventajarlo, saber su identidad, y por este medio adquirir poder sobre para al final poder vencerlo.
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La salud ha sido una preocupación constante del hombre, quien se ha dedicado desde épocas remotas a tratar de encontrar la manera de sanar las anomalías de la salud y enfermedades que lo aquejan. De estos sacrificios poseemos evidencia reportaje desde temporadas muy tempranas de Asia y del Medio Oriente, donde se desarrolló un exclusivo sistema médico. Te agradezco a ti san Cipriano por estar haciendo un trabajo a mi favor y voy a divulgar tu nombre en pago de amansar a__ y traerlo enamorado, cariñoso, devotado, dedicado, leal y lleno de deseo a mis brazos. Que desee verme, sentir mi olor, tocarme con amor, que___ desee abrazarme, besarme, cuidarme, resguardarme, quererme las 24 horas de sus días realizando de este modo, que me ame más y que sienta placer solo por oír mi voz. San Cipriano tendré ese poder que él olvide y deje de una vez cualquier mujer que pueda estar en su cabeza y vuelva a asumirme y declararse a fin de que todos vean.
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Si bien es lógico sospechar que estas altas civilizaciones mesoamericanas tienen que haber dejado testamento de sus conocimientos al respecto, exactamente la misma lo hicieron más que nada los demás puntos de su cultura, nada ha quedado que fuera previo a la conquista. Dado que muchos libros o códices fueron víctimas del holocausto cultural que prevaleció en muchas unas partes del Nuevo Mundo, nos es fácil suponer que —por lo menos— ciertos de ellos deben haber contenido datos sobre la medicina y el arte indígena de la curación. San Cipriano haga a __ sentir por mí un deseo fuera del normal, como nunca sintió por otra persona y nunca sentirá. Que haya exitación solo conmigo, que haya deseo únicamente por mi y que su cuerpo solo a mi pertenezca, que solo tenga paz si está bien conmigo.
(Libro de San Cipriano, op. cit., 29), a fin de que el cuerpo del tolerante quede libre de todos los males. Para ello se utilizan libros de índole mágico-religiosa como El libro de los mediums, La corona mística, El libro de San Cipriano y Santa Justina.
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- También refiere que el espíritu-viento exclama y responde, aceptando las invocaciones, lo que refleja una viable interacción con el terapeuta.
- Para eliminar los flujos de sangre, los flujos blancos y los dolores de la matriz.
- Del fluído periódico al que está sujeto el sexo femenino.
Hechicería del sapo para hacerse querer contra la intención de las personas y para llevar a cabo casamientos. Para para conseguir a una mujer.
Para el embellecimiento de los ojos. Para llevar a cabo ocultar las bolsas que se forman bajo los ojos. Para llevar a cabo ocultar del rostro las marcas de las viruelas. Otra fórmula para el reuma. Receta contra las verrugas.
Si hablamos de alguien que ha «cargado» un viento, o este le ha «pisado su sombra», necesita una liturgia llamada wach ik\’.51 Lo que nos importa de esta ceremonia es el papel que juega el viento que, como vector de posesión tiene a la víctima bajo su dominio. La tarea del terapeuta es deshacer este control malvado y dejar en libertad a su paciente. En todas y cada una de las liturgias curativas, solo tras haber expulsado los malos aires, «limpiado»49 o santificado el cuerpo del tolerante, se procede a la curación en el plano físico. El curandero tiene a su alcance una nutrida farmacopea de plantas medicinales; receta jarabes, infusiones, baños, lavativas, etcétera, y en ocasiones emplea la sangría o tok50 para eliminar la «mala sangre». Asimismo en el Ritual observamos de qué forma el terapeuta se vale de varias plantas medicinales, o recomienda punzar la comisura de los labios del paciente o tirarle un jarro de agua en la espalda (véase por servirnos de un ejemplo los contenidos escritos XLVI-LXVIII).