osas usar mis hechizos contra mi
El objeto de la arquitectura es la creación de espacios reales dentro de los que transcurre la vida humana y están unidos a las condiciones sociales, económicas, políticas y tecnológicas. La obra de arte, así sea una expresión de una época o la expresión individual del artista, no requiere que sea pertinente en términos de función o de construcción y forma parte a una duración que no existe en la vida cotidiana. Los historiadores del arte —muestra Tornikiotis— centraron su atención en las cualidades estéticas del espacio, la masa y la forma, y en la forma en que estas características eran percibidas. Los historiadores del arte, excluyeron de sus postulados el encontronazo de las enseñanzas de Viollet-Le-Duc, Guadet, Choisy, Schinkel y Semper, y entraron en conflicto con algunos los principios centrales propuestos por los arquitectos modernos, debido a que los conceptos teóricos básicos de su enfoque mantuvieron el concepto del emprendimiento distante de la práctica arquitectónica. Los historiadores del arte no escribieron sus genealogías teniendo la construcción como la meta final.
La Historia Como Crítica De La Arquitectura
Nosotros ya tenemos varios libros demasiado importantes en el análisis de textos arquitectónicos y en la forma en que el espacio fué descrito en el arte. Yo pienso que debemos estar trabajando en una dirección afín, en el conocimiento pleno de la historicidad que también determina cómo observamos el pasado. Debemos llevar a cabo la paz con el pasado, esto para lograr volverse más familiarizado con él y encontrar nuestro trabajo creativo más claramente en el presente. Inherente en este enfoque, hay un interés en la arquitectura moderna que no repudiaría. La exploración del arquitecto en el territorio de la historia y la teoría de la arquitectura no puede separarse de su interés en la creación de nuevos objetos arquitectónicos —un interés que, de una u otra forma, descansa en el punto de partida de su pensamiento. De hecho, en la mayor parte de los casos, esta situación arquitectónica de las ciudades en que vivimos es lo que nos impulsa un deseo de comprender, a fin de que tengamos la posibilidad actuar en completa conciencia del mundo real.
Su intención está apuntada a contestar cuestiones sobre este pasado para ofrecer un enfoque hacia el futuro. El primero, moderno, que busca reducir la distancia que nos separa del pasado, para ver el pasado mediante los ojos del presente. El segundo, misión–moderno, establece una distancia entre sí y el pasado para que logre ver el pasado a través de ojos que son contemporáneos. Collins fue el primer autor en proponer la historicidad, estable simultáneamente, la distingue esencial del pasado y la necesidad de estar en paz con el pasado. Introdujo el concepto meta-moderno de historia, el que Banham había tocado de manera parcial. Kauffman, Pevsner, Giedion, Zevi y Benévolo, vieron el pasado positivo como una suerte de presente que había ocurrido, poniendo de lado todo lo demás y eclipsando el pasado negativo.
Su auténtico concepto, se revela en la distinción entre las dos edades de la máquina que corresponden a dos revoluciones industriales. Y ya que la arquitectura es siempre y en todo momento una expresión fiel del Zeitgeist, la diferencia entre las dos edades de la máquina involucra una diferencia afín entre 2 géneros de arquitectura —lo que le permite a Banham viajar en la búsqueda de una arquitectura de su tiempo, aprendiendo la arquitectura de la época antecedente. Esta distinción no deja definir el vocabulario morfológico que el autor deseaba que la arquitectura de su temporada adoptara. No obstante, la red de elementos positivos, da evidencia clara de un enfoque del movimiento moderno basado en la confluencia entre el cuestionamiento artístico y el avance tecnológico, y esto, por consiguiente, revela el rumbo en que debemos estar intentando encontrar la estética de la segunda edad de la máquina. El alegato que Banham articula dice la realidad (se trata de un alegato verídico) y está tejido en una red de naturaleza operativa.
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Zevi, quien había crecido en un ámbito anti–fascista, fue un abogado apasionado del ideal democrático. Zevi luchó por independencia, la igualdad y la justicia social, para una sociedad —esencialmente utópica— democrática en la que habría igualdad de chances para todos. Al tiempo, concibió una arquitectura moderna que estaba indisolublemente recluída por su deber con una sociedad libre, por la creencia de que las formas arquitectónicas están íntimamente ligadas a las construcciones políticas de la sociedad a la que sirven. Partiendo de convicciones de esta clase, Zevi distinguió en la arquitectura “períodos de lenguaje espacial rígido” y “periodos de revuelta”; Los que asoció, respectivamente, con el clasicismo (como un obstáculo para la libertad) y la arquitectura actualizada (como una de las formas supremas de expresión de la sociedad democrática).
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Para comenzar, Benévolo aprueba el forzar ferozmente las edificaciones en el tejido urbano circundante. cree que la Cité de Refuge de Le Corbusier y los apartamentos de Clarté rasgan el tejido de la región contemporánea de una manera indisputable y positiva porque forman parte de un nuevo tipo de ciudad.
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- Además, admite que la mayor parte de los historiadores tratan de enseñar que la arquitectura del siglo XIX fue una desintegración que contrasta con la unión del movimiento moderno.
La relevancia está en la distingue entre los enredos y la trama de los contenidos escritos históricos en sí —eso es lo que verdaderamente revela (en el sentido fotográfico) la trama o intriga de las historias sucesivas. En consecuencia, asimismo revela las diferencias entre los discursos enunciados por los historiadores y proyecta la interpretación del pasado en la arquitectura del presente —mejor aún, en la arquitectura que va a deber presentarse en los años venideros.
Bendito sea Padre Celestial por tu Espritu Santurrón que hasderramado en mi corazn, vivo en la plenitud de tu amor revelado en Jesucristo. PadreSanto, en el nombre de Jesucrito, y en unin de la Santsima Vrgen Mara, según tuSanta Voluntad y para su gloria te pido que tu plan divino en mi vida sentimental se cumplaahora y siempre. Habia un poblado donde sus pobladores no podian vivir relajado por la proporción de Eegun burk que habian. La jicotea y el venado.En este sendero el venado estaba orgulloso de su cuerpo y de sus cuernos. El sofocaba siempre y en todo momento al sapo, al elefante y a la jicotea diciendole al sapo que como era posible que en vez de caminar saltara.
Así sea que estemos comentando del “eclecticismo” extremista o popular de las múltiples tendencias posmodernas de los años setenta y los ochenta o del “arcaísmo” de la reconstrucción combativa de las ciudades europeas, estamos tratando con enfoques abiertamente modernos que de una forma u otra, están anotados dentro de exactamente la misma lógica de identidad. Estas “novedosas” aprehensiones del pasado presuponen “la a-historicidad de ciertos elementos que se encuentran en el pasado”, admitiendo que “algunas formas —así sea que se llamen tipos o métodos— sean extraídas de su contexto y usadas como componentes arbitrarios en un juego de composición”. En conjunto contraste con los historiadores modernos por excelencia —así como Giedion y Zevi— quienes se esforzaron por legitimar la creación del presente por contraste con los fragmentos del pasado, los proyectos de estos arquitectos mezclan los fragmentos del pasado con la creación del presente.
El orden de estos principios, los cuales son esenciales para la buena arquitectura, no es de ningún modo azarosa. Collins vuelve a la jerarquía de Vitruvio para contender —incorrectamente como pasa— que Alberti y Palladio le diesen el lugar de honor a utilitas.
Este texto encierra en sí toda la historicidad del sujeto, que tomó la forma de un manifiesto sobre la sociedad, la historia y la esencia de la arquitectura. Hubo conflicto entre Banham, Collins y Tafuri por la tradición de las historias activas del movimiento moderno.