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osas usar mis hechizos contra mi
No era mi intención, sin embargo, inscribir la historiografía de la arquitectura moderna dentro del armazón de una genealogía más extensa, estableciendo una sucesión que incluso podría llegar hasta hoy en día. Al centro de nuestro interés subyace el discurso histórico, que como es natural en algunos casos toma la forma suplementaria y normalmente implícita de un discurso crítico o arquitectónico y también indirectamente, aunque claramente, estados de lo que debe ser o lo que ha de no ser, lo que la arquitectura moderna ha de ser para gustar o no ha de ser para gustar. No obstante, el alegato crítico y arquitectónico articulado principalmente por arquitectos como la parte del proceso de formular, defendiendo u oponiendo, los principios y proyectos de la arquitectura moderna no es el objeto de mi investigación. Este alegato dual (crítico y arquitectónico) toma con frecuencia la manera suplementaria de un discurso histórico, que sirve para reforzar los argumentos primordiales pero no se apropia del papel, función o relevancia de historia en sí. La mayoría de las personas probablemente estaría de acuerdo en que los textos de Le Corbusier y Adolfo Loos, y lo que es eficazmente el cuadro dibujado de Walter Gropius y Ludwig Hilberseimer pertenecen, de una manera u otra, al campo del alegato crítico o arquitectónico a pesar de sus referencias abiertas o encubiertas del pasado.
La objectificación introducida por Henry–Russell Hitchcock y el ahínco de Leonardo Benévolo por confirmarla se entrecruzaron con lo que era, de hecho, una nueva interpretación de la relación entre el movimiento moderno y su pasado propuesta por Reyner Banham. Ese historiador británico, quien había surgido de la esfera de influencia de Nikolaus Pevsner cuestionó la posición generalmente admitida de una ruptura completa con la tradición académica y de una continuación lineal de las ideas del movimiento de arts and crafts y los ingenieros del siglo XIX en la arquitectura del XX.
La Arquitectura En El Mundo De Las Ideas
Esta exploración nos dejará sentir la relación entre arquitectura, concepto y tiempo; en otras palabras, podremos entender la dicotomía real entre lo conceptual y lo visible, y esto nos va a ayudar para que alcancemos las condiciones en que la historicidad de las formas arquitectónicas se fundamentan. El hilo argumentativo de las historias es el movimiento moderno, las obras incluidas en La historiografía de la arquitectura actualizada son contenidos escritos académicos, escrito con una función didáctica, e inclusive ideológicos —según muestra el creador— en algunos casos. Tornikiotis no presenta una definición personal con relación a la definición de la arquitectura actualizada y el movimiento moderno. Cuando Tornikiotis se refiere a eso que define como “la narración de un pasado reciente”, nunca piensa sobre la iniciativa de las periodizaciones como creaciones historiográficas por escuelas, por épocas, como producto de una extrapolación de las periodizaciones de europa occidentales. Uno de los pilares más sólidos que apoyaron este cambio en la dirección de las historias de la arquitectura actualizada, en la apreciación de Tornikiotis, fue el trabajo de Rudolf Wittkower, quien demostró el significado real de la proporción en el Renacimiento revelando el vacío en la utilización de las des armónicas desarrolladas por los arquitectos modernos. Erwin Panofsky, asimismo estuvo interesado en la proporción y la visión en el arte y en la arquitectura, y contrastó la diferencia a la lógica de la identidad.
Esta posición es vista como el resultado ineludible de pensar lo que es consciente de la historia y libre de la búsqueda obstinada de la innovación por el beneficio de la innovación en sí. Su primordial consecuencia; es el campo para la recuperación de los componentes apropiados arquitectónicos de contextos que difieren y la re-síntesis de los mismos, de acuerdo a las pretensiones contemporáneas, en consecuencia quiere decir que el total que se formó de todos es el sistema cohesivo o “viviente”. Collins aplica consideraciones similares al evaluar la dañina analogía entre los objetos sin movimiento y elementos construidos para desplazarse.
Pero asimismo aplaude la extensión a las Göteborg Law Courts de Erik Gunnar Asplund, que agregó una masa absolutamente moderna al edificio neoclásico existente, reteniendo —de una manera abstracta— algunos de sus elementos formales. Para , el rasgo principal de la vanguardia del temprano siglo XX fue una contradicción que brotó de la disparidad entre la cultura y sociedad. Las fuerzas políticas y económicas que controlan el progreso técnico no se identificaron con los desarrollos en la cultura, pero merced a las condiciones económicas favorables pudieron conceder un grado mayor de independencia a una élite a la que le fue permitida tomar toda la responsabilidad de sus experimentos.
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Para hacer un registro detallado de todas las expresiones históricas fabricadas a lo largo del tiempo o incluso cubrir un gran número de casos aislados en una sola monografía serían como es natural una labor irrealizable. La pregunta es más bien —me permito repetirlo— para explorar la contribución de la historia, para elaborar la teoría de arquitectura y, más que nada, para identificar los cambios de significado en el contenido de la historia y teoría de la arquitectura. Para este creador, la búsqueda para estos cambios no tiene sitio mediante las formas y los modos y métodos de construcción, sino más bien mediante los alegatos en que la arquitectura está basada, por medio de la práctica discursiva detrás del manejo de las formas y materiales en la superficie. Los historiadores de la una parte del cierre del análisis, Banham, Collins y Tafuri, ya estaban señalando hacia tal enfoque y desde su tiempo ha sido creado en numerosos planos. El discurso crítico e histórico del corto pero enormemente importante documento de Colin Rowe y Alan Colquhoun ahora se se encontraba moviendo en paralelo a este camino. Yo examino los contenidos escritos en el corpus en una sucesión basada en sus démarches, como mencioné anteriormente previamente. Con la sola excepción de Hitchcock, este orden es también idéntico al orden cronológico en que los contenidos escritos fueron publicados.
- El texto está ilustrado muy ampliamente con fotografías de las fachadas exteriores y vistas del interior de las construcciones, pero no existen plantas arquitectónicas o secciones.
En los dos casos, no obstante, el artículo contiene un proyecto arquitectónico potencial, un “edificio” que algún arquitecto podría construir algún día —ahora fuere Gropius o Le Corbusier o alguno otro. Aquí, claramente, el significado se refiere al periodo cronológico concreto y la unidad temática de este estudio historiográfico. Evidentemente, también empleo otros equivalentes, usualmente cargados con matices auxiliares y otras connotaciones , en el momento en que forman parte al vocabulario básico de los historiadores cuyas proyectos están examinando, como Henry Russell Hitchcock y Bruno Zevi. Si aceptamos que esa arquitectura actualizada tenía un fin, entonces es ciertamente bien difícil de detectar en el tiempo y en el espacio —a pesar de la precisión de Hables Jencks que contendió si se “murió en St. Louis, Missouri, el 15 de julio de 1972, a las 3.32 p.m. (o por allí).” En este estudio, tomo como punto de vista que el interrogatorio del movimiento moderno, aun a principios de los años setenta se movió hacia un alegato diferente, uno que prosigue determinando la forma en que pensamos y el campo en que vamos nuestras investigaciones. Yo ubico lo que llamo el “fin” de la arquitectura actualizada en ese momento en el tiempo —al menos con el propósito de fijar los límites precisos en nuestro corpus y en la arquitectura redactada en general.
Pevsner, en verdad, admitió que antes de dejar Alemania en los años treinta, no sabía de la existencia de la escuela de Warburg y particularmente de Panofsky. No obstante, le dedicaremos un pequeño espacio a Erwin Panofsky, quien —antes de Wittkower— también estuvo entusiasmado en la cuestión de la proporción y la visión en el arte y en la arquitectura, y quien contrastó la diferencia a la lógica de la identidad. Wittkower participa en este punto clave para demostrar que el pasado es otro, que difiere profundamente del presente. Para él, la arquitectura no puede ser una función directa de los instintos naturales del hombre, como había argumentado Le Corbusier al detallar su primera cabaña; es más bien una función del criterio, la iniciativa, que subyace bajo la forma.
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En África, en Asia, en Oceanía, en Europa, hay también otros buscadores web de lluvia, de las historias de resistencia que no hallan lugar en la crónica de olvido que escribe el seco poder de la Soberbia. creo que todos los buscadores de lluvia que por acá han llegado, se han dado cuenta de que todos nosotros llegamos a llovernos, que nos dimos cuenta que la lluvia puede ser amable si es hermana la palabra que nos humedece.