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El cliente lo est arriesgando todo en demasa y de forma temporal, as como est perdiendo el balance espiritual. Salud y sabed que si los ladrones nos piden la bolsa o la vida, tendrán que llevarse la vida. fui loco y lo sigo siendo… – Durito, está visto, ajusta la crónica de la literatura como mejor le conviene. d).- Las pantuflas demuestran que la lógica y las botas no sirven para nada, en el momento en que de soñar y bailar se habla. Yo soy un aficionado discreto, serio y analítico, de esos que revisan los porcentajes y los historiales de equipos y players y tienen la posibilidad de explicar perfectamente la lógica de un empate, un triunfo o una derrota, sin importar un mínimo cuál se dé. En fin, un aficionado de ésos que después se explican a sí mismos que no se debe ponerse triste por la derrota del preferido, que era de aguardar, que donde sigue habrá un repunte, que otros etcéteras que engañen al corazón con la inútil labor de la cabeza.
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Panofsky y Wittkower funcionaron como catalizadores de la crisis de la arquitectura moderna, y los historiadores de los años sesenta se refirieron a sus trabajos . En los argumentos que Tornikiotis muestra en el capítulo de cierre, reitera que hay muchas historias de la arquitectura moderna como producto de los distintos enfoques (génesis, triunfo y ocaso) del mismo campo, el movimiento moderno. Identifica que los autores asocian el nacimiento de la arquitectura actualizada con uno u otro regreso a las raíces de la arquitectura. Asimismo, reconoce que la mayoría de los historiadores tratan de enseñar que la arquitectura del siglo XIX fue una desintegración que contrasta con la unión del movimiento moderno.
En todos estos planos, los acontecimientos tienen sitio en un fluído continuo, pero la transición de la civilización arquitectónica de un chato al otro es un auténtico caso de discontinuidad, ocurriendo por medio de una serie de actos que provocaron discrepancias consecutivas y nos permitieron ver el movimiento del moderno como una vivencia revolucionaria. La última de las invariables, reintegración de crear, la ciudad, y el paisaje, es la proyección —a la que ahora nos hemos referido— de la condición social del lenguaje moderno hacia el futuro de la sociedad y la arquitectura. La aplicación de las seis primeras invariables debe abolir la distinción entre los espacios interiores y exteriores, llevando al final a una fusión entre el edificio y la ciudad, entre la arquitectura y la planeación urbana, el resultado de lo que será la urbatectura. Transcendiendo la dicotomía clásico de la región y el campo, la urbatectura se extenderá en territorios enteros, poniendo fin a las comunidades urbanas embrolladas y al campo desértico. Según Zevi, el cambio estético no es el resultado del progreso técnico; la evolución de la tecnología, sin embargo, torna posible poner en la práctica los objetivos estéticos y sociales de artistas creativos genuinos. La sintaxis de descomposición cuatridimensional sustituye la unidad de espacio tradicional con la explosión analítica de neoplasticismo.
La Historia
No obstante, asimismo puede abstenerse de suponer una composición polémica en el momento en que se asegura que A y B son cosas diferentes, sin basar su declaración (la narración de hechos) en un franco rechazo (la narración del fracaso). En efecto, el comienzo es una reconstrucción del final —esto es, de la arquitectura actualizada como medio a través del cual cada historiador lo define. Nos cuentan menos sobre los oscuros inicios de la arquitectura moderna que de su concepto en el presente. Esta característica de reversión que está en las genealogías está, por supuesto, en oposición al avance lineal de las historias. El comienzo, como una reconstrucción del final, ahora tiene dentro todas y cada una de las posiciones del historiador sobre el ser de la arquitectura, la sociedad y la historia.
- En el final del libro (capítulo VI), investiga las tareas de la crítica de la arquitectura —que son, de hecho, sus tareas.
- El aspecto normativo de su enfoque es más el objeto de The International Style, del cual vamos a estar intentando más adelante.
- Su teoría de arquitectura actualizada toma forma bajo la presión de cambios filosóficos y culturales más que como resultado de innovaciones técnicas y materiales.
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Su paso no es explícitamente polémico en su estructura, pese a la naturaleza crítica de su régimen de indiferencia del siglo XIX o el movimiento moderno en el XX. Collins, por supuesto, no tiene más que encomios para Auguste Perret y en menor escala para Louis Kahn, pero su preferencia no está apoyado en el fracaso de un periodo previo. En los dos casos, Banham agrega a los conceptos abstractos de construcción y función un suplemento de estética, el cual es fundamental si las construcciones tienen que convertirse en arquitectura. Las innovaciones tecnológicas y su aplicación racional en la construcción de edificios que respetan la predisposición servible de usos, no alcanzan para generar una exclusiva arquitectura. Lo que se necesita es una estética que no pueda separarse de las innovaciones técnicas y los usos comunes de la temporada. Esto es él porqué Banham repudia las edificaciones industriales de Behrens, Gropius y Meyer los cuales ve como novedosas técnicas y novedosas funcionalidades congregadas de la forma académica enseñada por las Preciosas Artes.
La arquitectura dejó de ser un elemento absoluto que suprimía cualquier oportunidad de diálogo con el cliente y se transformó en un elemento ambiguo en el sentido elaborado por Eco. Una nueva relación brotó así entre el producto arquitectónico y el cliente, y por vez primera el producto tomó la dimensión de un trabajo abierto. ” Sin embargo, aún una lectura veloz de Teorie y también storia exhibe que la arquitectura de la que habla está rigurosamente recluída al campo de lo visible. Está analizada con el apoyo de las herramientas de análisis del lenguaje o del arte, los que son transferidos a su territorio para tal propósito.
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Esta posición media se apoya en el criterio del trabajo abierto , postulado por Umberto Eco. En este último ejemplo, Tafuri contrasta a Alexander y los métodos matemáticos de correlación y revisión de datos contra los de Rossi y Grassi, quienes emplearon criterios racionales para describir, clasificar y conducir las leyes fijas de la arquitectura para componer métodos lógicos y unificadores de análisis y síntesis.
Como resultado, la ascendencia del presente hacia el pasado, siempre depende del espacio y del tiempo —ya que la naturaleza de la observación y la naturaleza del sitio se alteran significativamente de 1933 a 1945 o 1960— y, es innecesario decir, del grupo general de posturas que el ascenso está demandado a evaluar. El trabajo del historiador es inyectar significado en las ambigüedades de la historia mediante la inscripción los eventos del pasado en un marco de conceptos definido. La historia entonces cesará de ser abstracta, lista para voltear en cualquier dirección, y se hará concreta y también inútil de ser utilizada más en la instrumentalización.
Buques, aeroplanos, y automóviles, afirma, no fueron diseñados para usarse en un sitio específico. Son “elementos apartados, puestos arbitrariamente en el paisaje o en la localidad.” Cuando los arquitectos sustraen las ideas a partir de estos objetos, están en riesgo de crear inmuebles apartados que no formarán parte de la continuidad del medio ambiente en la cual estarán localizados.
Existen muchas historias de la arquitectura actualizada, pero ninguna de ellas— ni siquiera la historia “objetiva” de Henry-Russell Hitchcock —detalla el auténtico campo en su totalidad. Ninguna de ellas es cierta, ninguna de ellas es la Historia de la Arquitectura Moderna, y ninguna de podría serlo. No existe Historia como tal, a pesar de toda la confianza de Tafuri, quien lo afirma en singular aún en el título de su libro. Solo existen historias, en plural, y oculta en ellas está una visión del futuro que los autores no aceptan. Reyner Banham, que tuvo una experiencia cercana de la metodología y misiones de los historiadores del arte alemán como Pevsner y Wittkower, exploró a fondo la relación entre las pretenciones de los arquitectos modernos y la realidad de sus proyectos —en otras expresiones, la relación entre las ideas y las formas.
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