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tratado de medicina oculta y magia práctica
No se debe olvidar que en la América del Sur la sangre del indio predomina sobre todo, y que son millones los seres humanos que forman parte al Rayo Maya. Pero yo voy a hablar de esos Maestros del Rayo Maya, a descorrer por primera vez la cortina que los oculta. Nuestra querida América del Sur tiene asimismo sus templos majestuosos, si bien absolutamente nadie haya hablado de ellos. Estos son los santuarios de la Diosa Naturaleza; estos son los santuarios de los secretos sagrados del Rayo Maya. A los templos de la Naturaleza regresarán los hijos pródigos, cuando ellos abandonen la vida urbana y vuelvan al seno de la Diosa Naturaleza. Esos muy conocidos sistemas de Marden, Atkinson, Mesmer y Paul Jagot; esas academias pseudo-espiritualistas, nunca van a poder enseñar al hombre el sabio uso de la fuerza del pensamiento, porque fuerza y fuerzas, es algo unidísimo en la creación. La transmisión del pensamiento se hace simple cuando se opera por medio de los elementales vegetales, ya que, como ya se dijo, todo es dual en la creación.
En el convento Lama de las cien mil imágenes de «Maitreia» nunca faltan los perfumes. El doctor Rudolf Steiner asegura que el empleo de los perfumes para la curación de las anomalías de la salud tenía un pasado remotísimo y un espléndido porvenir. Leadbeater afirma que nuestros pecados y culpas repercuten en el cuerpo Astral y que tienen la posibilidad de ser eliminados por la acción de ciertos perfumes.
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«Gnosis» es el nombre de esa vieja sabiduría médica, que desde la aurora de la creación jamás ha cambiado sus fórmulas, porque son exactas como una tabla pitagórica. En comulga la ciencia, la mística y el arte «regios», dentro de un connubio divino. «El Anticristo» de la ciencia oficial, vestido de púrpura, siéntase en un trono de blasfemias. Como hiena insaciable, devora hombres, sin piedad y sin reposo. Bien conocido es el hecho del campesino Serbio que puso a Fleming en vía expedita para conocer la Penicilina, secreto de la Naturaleza. Las tribus indígenas del Prominente Amazonas, están siendo requeridas por los científicos que exploran la manigua para conseguir la revelación de sus secretos.
vamos a llamar a esa anticuada sabiduría médica ELEMENTOTERAPIA. El yerbatero y el médico alópata, se identifican en cuanto ambos estudian únicamente el cuerpo físico de los seres vivientes. El médico gnóstico estudia al hombre y a la planta, en su triple aspecto de cuerpo, alma y espíritu. Con las fórmulas exactas de esa anticuada sabiduría médica, se tienen la posibilidad de curar todas y cada una de las anomalías de la salud, aún las llamadas insanables.
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58 sin interés Envío gratis La Revolución Dialéctica/samael Aun Weor. 92 sin interés Envío gratis El Parsifal Develado/ Samael Aun Weor/ Santurrón Grial. 92 sin interés Envío gratis Introducción A La Gnosis/ Samael Aun Weor. Hubo civilizaciones blasfemas bajo el mar, donde los extraterrestres parecían ranas que brotaban del Atlántico para congregarse en las logias masónicas de Novedosa Inglaterra y fornicar con mujeres humanas para producir horripilantes descendientes batraquianos. En consecuencia, volvemos al apareamiento de dioses con mujeres. Los cuerpos físico y vital tienen que obedecer al alma; el alma debe obedecer al ÍNTIMO, y el ÍNTIMO debe obedecer al GLORIAN.
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Cada elemental de la Naturaleza representa determinados poderes de la bendita Diosa Madre del Planeta, y sólo puede ser realmente mago y médico aquel que sabe conducir los poderes de la Naturaleza encerrados en todos y cada yerba, en todos y cada raíz y en cada árbol. Los alópatas, sólo conocen superficialmente la biomecánica de los fenómenos orgánicos; pero nada saben del fondo vital. Los alópatas, como los botánicos, son diestros en conducir formas cadavéricas. Desde el criterio fisiológico o patológico, podríamos decir con propiedad que los alópatas son vivisectores de animales y de hombres. Hasta ahora los botánicos no han hecho mas que manipular las formas, pero no la vida misma, pues la vida solo la sabe manejar el médico Gnóstico que ha estudiado la Elementoterapia. Las plantas inhalan anhídrido carbónico y espiran oxígeno.
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En este imponderable tratado de medicina oculta y magia práctica encontrarán todos los seres humanos la verdadera solución contra el flagelo de las enfermedades y la dadiva gratis de un planeta desconocido de sabiduría. Ante la verdad de este mundo, todas y cada una de las vanidades ceden. El desconocimiento de las leyes de la Naturaleza en el aprovechamiento de las plantas, hace cometer varios errores.
- Y no escasean en todo el mundo sitios misterios donde se estudia y cultiva la sabiduría médica, que otrora el hombre conoció cuando todavía actuaba fuera de la atmósfera viciada de la vida urbana.
- El médico Gnóstico jamás empleará perfumes o substancias odoríferas que contengan sustancias minerales, pues eso es ejecutar magia negra.
Con el utensilio para los perfumes se medicinará a los enfermos que requieran perfumes sanadores. El «ÍNTIMO» dentro de es aquel Ruach Elohim que según Moisés, labraba las aguas en el principio del mundo. El «ÍNTIMO» es la «MONADA» de Carpócrates, el «DAIMON» de Sócrates, la Seidad de los tibetanos, el discreto Gandarva o Músico Celeste de los Hindúes.
Y no se puede ser médico sin saber intensamenta ese «nisus formativus» de que nos charla Kant. El estudiante Arhuaco de medicina continúa «encerrado» en un apartamento de 2 piezas, trece años precisos.
Un hombre probablemente halla estudiado teóricamente el organismo humano y sus enfermedades, pero esto no quiere decir que tenga el poder de sanar, porque nadie puede recibir este poder de los hombres, sino de Dios. El «ÍNTIMO» es nuestro Padre en nosotros, el Alma es el Hijo, y el Espíritu Santo es la fuerza sexual, llamada Kundalini, simbolizada en la culebra.
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El elemental de la planta se alegra cuando le amamos, y se llena de mal en el momento en que le herimos. El organismo físico de los elementales de la naturaleza es análogo al humano. La respiración de las plantas se realiza por medio de las tráqueas de Malphigi, compuestas de una cinta celular arrollada en espiral, dotada de contracción y expansión. La Sanguinaria se alegra y desplaza sus ramas en el momento en que se le acerca el sabio que sabe amarla. La Dormidera recopila sus hojas y se adormece frecuentemente, antes que el médico gnóstico la haya tocado.