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En este espacio hemos abordado frecuentemente temas que bien podríamos considerar como “piedras en el zapato” para muchos de nosotros y los cuales casi siempre se producen desde la doble, la triple o la múltiple ética. Sin embargo, tratándose de ser autocríticos, la mayoría de , hombres y mujeres por igual, recurrentemente somos demasiado laxos con nuestros juicios y eso nos sitúa en una posición de ambigüedad por el hecho de que para una misma situación llegamos a tener más de una interpretación y eso, desgraciadamente, podría ponernos de manera fácil en terrenos de la hipocresía o la vaguedad. Ojalá que, de la misma las mujeres, los hombres tengan la posibilidad de tener ese chip que les dejara poder compartir con sus amigos más cercanos esos pensamientos, sentimientos y ocasiones que los estresan y que les causan dolor para, poco a poco, poderse ir desposeyendo de esa pesadísima armadura que les impide vivir con más grande plenitud y sin importarles que alguien pudiese criticarlos si cualquier día sueltan las lágrimas sentados en la banca de un parque o mientras van caminando por la calle. En alguna ocasión el actor Richard Pryor comentó que “En el momento en que las mujeres tienen el corazón roto, lloran. Pero cuando a los hombres les rompen el corazón estos se guardan el dolor como si no estuviera pasando nada y después van a dar un paseo por ahí para dejarse atropellar por un camión o arrojarse de algún puente”. Diríase que los hombres reaccionan de forma muy diferente que las mujeres en el momento en que tienen que combatir a la desdicha o a la desgracia y que exactamente es debido a todas y cada una esas imposiciones sociales con las que cargan desde tiempos inmemoriales que la enorme mayoría de ellos están impedidos para conducir de manera correcta con sus emociones, más que nada las más extremas.
Por supuesto, aquellas personas con la autoestima exacerbada pasan verdaderas adversidades para vincularse con su ambiente, por lo que situarlos en un contexto de relación de pareja se traduce en un ejercicio de bastante desgaste emocional para esos que por ignorancia o por abandono se animan a establecer algún género de relación que requiere de determinado nivel de convivencia diaria. Pero estás a punto de perderla por el hecho de que tu carácter y múltiples aristas de tu personalidad están por estropearlo todo. Reacciona, reflexiona, deja de lado ese egoísmo que siempre y en todo momento te ha acompañado y de una buena vez pon manos a la obra para transformarte y transformar tu entorno porque, aunque la mayoría afirma que “todos y cada uno de los hombres son iguales” y “nadie cambia” te puedo apostar a que están equivocados. Y asimismo no tenemos la posibilidad de sustraernos al poderoso factor que implica el narcisismo , donde los cuerpos bien formados despiertan la admiración tanto de damas como de caballeros.
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Sin embargo, hay que considerar que muchas damas nacen sin este fino tejido, otras a lo largo de su niñez o adolescencia sufren algún tipo de lesión que lo desgarra (caídas fuertes, golpes que lesionan la vulva, etcétera), presentan excesivo fluído menstrual y también por la poca pericia de los instrumentos que utilizan los ginecólogos a lo largo de sus revisiones. Así que, caballeros, no se predispongan con esta cuestión y por favor no acusen de nada a sus mujeres durante su noche nupcial. Hace unos cuantos años se efectuó una investigación en Estados Unidos que arrojó como resultado que el 80% de los hombres estadounidenses tienen la circuncisión y que el 48% de las mujeres están insatisfechas sexualmente. Lo cierto es que este procedimiento quirúrgico sí protege al órgano reproductor masculino de determinadas infecciones que se pueden convertir en enfermedades de transmisión sexual y además quienes la tienen gozan de una mejor higiene en esa área.
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Día a día manejamos un criterio muy pobre y muy mediocre en relación a la felicidad y de ahí que la mayoria de las veces nos encontramos metidos en dinámicas de reiteración de patrones emocionales perjudiciales. Ofrecemos por terminada una relación y tras algunas semanas o meses iniciamos otra con un individuo novedosa cuyas peculiaridades son muy afines a las de la persona que dejamos atrás o, en el peor de los casos, dejamos pasar un tiempo y, como dice el refrán, “otra vez la burra al trigo…”, regresamos con la persona con la que tronamos tiempo atrás y repetimos una vez más el círculo vicioso referido. Para aquellos que no conozcan sobre las relaciones tóxicas y deseen evitarlas a toda costa de su vida, cabe nombrar que éstas nos hacen sentir mal, alteran nuestro accionar sin que lo tengamos la posibilidad controlar y destrozan tanto nuestra esencia como nuestra personalidad. Para resumir, hablamos de relaciones que nos vuelven infelices y de las que es muy difícil salir. Cierto, para bien o para mal los tiempos recientes nos han proveído de un sinfín de situaciones que nos dejan finalizar que hombres y mujeres ahora tienen la posibilidad de convivir, converger y coexistir con cierto grado de igualdad y también igualdad. No obstante, en la mente de varios caballeros, quiero decir que aquellos de perfil eminentemente machista, todavía no les queda muy claro que uno de los más importantes elementos para aspirar a una convivencia popular más o menos adecuada es el respeto, el cual definitivamente no se le puede reclamar a un sujeto a quien desde la cuna se le inculcaron antivalores que ubican a la mujer como un ser inferior a en todo sentido.
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No obstante, una vez superada la etapa del enamoramiento (o del “embelesamiento”) quienes toman el control de la situación son las aristas del carácter de los dos comprometidos y si resulta que ciertos dos es receloso, desconfiado, inseguro y violento lo más seguro es que en esa relación tarde o temprano se presentarán capítulos de agresión. Por supuesto, aquí asimismo debemos estimar que el perfil de alguien proclive al maltrato “embonará” con un individuo dueña de una baja autoestima, con complejo de inferioridad y habituada patrones de humillación y sumisión. De esta forma las cosas, ¿por qué en las relaciones de pareja nuestros 2 sujetos a enfrentamiento de esta ocasión suelen no solo provocar disputa, sino asimismo horribles confusiones?
No hay vuelta de hoja, no queda más remedio que ser valientes y asumir que ha llegado el momento de apretarnos el cinturón y tomar, sí o sí, la bien difícil decision de que ha llegado la hora de dirigir nuestras propias vidas y demostrarnos a nosotros que la única manera de alcanzar la plenitud total es siendo dueñ@s de nuestra propia vida y, por lo tanto, de nuestras decisiones. Repito, los tiempos cambiaron y los matrimonios recientes bien pueden transformarse en una especie de sociedad en todos los ámbitos en donde el esposo y la esposa se tienen la posibilidad de transformar en una suerte de socios con los dos luchando hombro con hombro para mejorar la posición económica de la familia. No posee nada de malo si la esposa desea dar su granito de arena a la consolidación financiera del matrimonio consiguiendo un buen trabajo y que el marido al verla esforzarse de tal modo duplique su intención para no perder ese rol de distribuidor… en la medida en la que una pareja pase por menos vicisitudes económicas (¡se los firmo frente notario!) tendrá más ocasiones de remarcar su vínculo emocional. No hay vuelta de hoja, estos momentos modernos nos fuerzan a investigar detenida y intensamente las virtudes y los defectos de esa persona cuyo potencial de esposo o esposa para, dentro de lo posible, no empantanarnos con cursilerías y conceptos caducos que nos tienen la posibilidad de conducir al fracaso. Y no sólo me refiero al fracaso emocional, sino más bien asimismo al fracaso popular y al fracaso financiero pues, a final de cuentas, todos en más grande o menor medida, siempre pensamos y decidimos en base a lo que más es de nuestra conveniencia y (también, ¡no nos engañemos!) en esos recordatorios que a diario nos envía el los pies en el suelo en forma de memorándums. No obstante, en el momento en que esto sucede no es pues alguno de los dos elementos de la pareja ya no ame al otro, simplemente pasa porque en esa parte sensible en la que todavía no somos muy madur@s inconscientemente nuestro yo verdadero sale a flote y se expone como és con sus virtudes y defectos. El beso de succión, no siempre es el preferido de algunas mujeres, más que nada aquellas que sienten asco o repulsión al instante de que sus labios son succionados con un frenesí incontrolable; enseguida viene el beso mordelón, que radica en el mordisco mutuo de los labios, primordialmente el interior.
Si no hubiera sido alan Rickman quien lo representase en las pelis…¿nos hubiera dado gusto tanto? creo que el personaje en sí es menos antipático en las películas, y era una de las cosas que me hacían meditar que en el final se vería que era bueno (por el hecho de que siempre y en todo momento decían que la Rowling iba adelantandoles al escritor de guiones y al actor ciertas cosas para que entonces no se contradijeran). Pero bueno, no es que no crea en la monogamia, si no, no hubiera podida durar cinco años con mi novio, sino por lo mismo conozco los problemas que se tienen en la pareja y estuvo muy bien que se vieran un poco más. Y claro, jajajaja, ese es el ERROR de nuestra vida, deseamos que nuestro amor convierta a ese patán en un príncipe. Snape es un amor irrealizable alguien con quien fantasear (imaginar que se lava el pelo, por servirnos de un ejemplo, y que debajo de esas túnicas hay un cuerpo musculoso y un alma atormentada esperando amor).
- Pero tampoco dudo que de verdad quisiera eludir que Snape muriera; no importa qué tanto le desagradara, James habría hecho lo necesario para salvarlo.
- El vínculo entre una madre y el hijo varón, como lo explicó atingentemente el psicoanálisis, es sumamente fuerte, representa, grosso modo, como nos los enseña el “Complejo de Edipo”, el deseo inconsciente del niño por sostener una relación sexual con la mamá y esta relación, no la sexual sino más bien la que de facto se da entre madre y también hijo, le permitirá a éste realizarse con las peculiaridades emocionales que lo distinguirán del resto en lo que se refiere a su relación con las mujeres.
- Sí, el siempre molesto “pero” que se hace presente cuando se trata de conquistar a una fémina y no sabes bien a bien cuál ha de ser tu accionar en frente de por el hecho de que, a final de cuentas, has escuchado tantas cosas y has protagonizado tantos fracasos cuando deseas ser un Don Juan que ya no puedes distinguir con claridad qué es lo que precisamente procuran las mujeres en un hombre.
Desgraciadamente (sí, desgraciadamente) hay muchísimas personas, hombres y mujeres, que funcionan bajo esta muy sui géneris forma de “querer”. No obstante, no hay nada más engañoso y abusivo que a nivel de pareja uno le solicite al otro ) por lo regular es el hombre a la mujer), una prueba de amor. Para iniciar, si alguien pide sexo como una demostración tangible del máximo sentimiento que existe simple y sencillamente lo único que busca es satisfacer sus deseos carnales y no le importa en lo más mínimo la otra persona.
Y esos “invitados” a los que me refiero son ex novi@, ex espos@s o ex parejas cuyos recuerdos nos intranquilizan frecuentemente y que nos provocan serios problemas con la persona con la que estamos transformando nuestro aquí y en este momento. Sin embargo, siempre y cuando se haya contemplado alguna de las elecciones antes citada se deberá estimar la herramienta, la factibilidad y la oportunidad de recurrir a ellas más allá de si nuestro bolsillo nos lo permite.
Sobre la revolución de los elfos, me hizo acordar a un hecho de la historia argentina, en el momento en que aún eramos colonia de españa, en 1806, 1807 hubo 2 invasiones inglesas. Y cuenta la historia de historia legendaria (es decir la historia mítica que nos enseñan en la escuela primaria) que todos y cada uno de los habitantes de Buenos Aires salieron a proteger, con armas improvisadas, la ciudad del ataque enemigo.
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