tratado de medicina oculta y magia práctica
En los libros sagrados de todas y cada una de las religiones antiguas, se halla ampliamente expuesto el beato simbolismo vegetal. Bástanos rememorar el árbol de la ciencia del bien y del mal del Jardín del Edén, símbolo horrible de la fuerza sexual, en la cual se encuentra la redención o condenación del hombre. En el país asoleado de Khem, allí en los lejanos tiempos del antiguo Egipto, los enfermos eran llevados, no a consultorios médicos, sino más bien a los templos augustos y sagrados donde se cultiva la hierática sabiduría. En Centro América existen del mismo modo varios santuarios de medicina, fundamentada en el «arte regio» de la Naturaleza. Y no escasean en todo el mundo sitios secretos donde se estudia y cultiva la sabiduría médica, que otrora el hombre conoció en el momento en que todavía actuaba fuera de la atmósfera viciada de la vida urbana.
Introducción A La Medicina Oculta
A los siete años de edad, empieza sus estudios, y se gradúa a los veintiuno. Por una ventana entra el sustento al estudiante, y por otra recibe las enseñanzas de su instructor, juntamente con las plantas medicinales. Enseña primero el instructor que sabe menos y acaba el que sabe más. El número de instructores varía según sean los cursos que recibe.
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La Enorme Rebelion De Samael Aun Weor
El doctor Krisch concluyó que el olfato, la visión, el oído y demás sentidos del hombre, marchan mediante oscilaciones electromagnéticas. Emmanuel Kant, el gran pensador alemán, admite ese «nisus formativus», cuerpo astral, Lingam Sarira de los teósofos. Estos son siete organismos de distintas materias o grados de sutilidad, que algún instructor de medicina podría sentir si desarrollara la clarividencia con los procedimientos que se dan en esta obra. Siempre y en todo momento ejecutan los indios estas prácticas con la cara hacia el sol poniente, pronunciando llenos de fe el credo cristiano. El jueves y viernes son los días destacables para realizarlas. El sistema médico de los indios Arhuacos de la Sierra Nevada de Santa Marta, es análogo al de los Lamas del Tibet, y en materia de fisiología sensorial y anatomía humana están esos en posición envidiable en comparación con la cacareada sapiencia modernista. Doy también las gracias al Profesor Kalusuanga por su clave maravillosa, que dejará a los discípulos latinos de sangre aborigen contactar con los santuarios de secretos del Rayo Maya.
- Cuando el hombre separose de la Naturaleza para aprisionarse en la vida urbana, cayó en manos de las potencias tenebrosas, y aprendió de los magos de las tinieblas la «falsa ciencia».
- Y los novedosos sistemas de diagnóstico de laboratorio, solo consiguieron aumentar el número de enfermedades y defunciones.
- El médico Gnóstico va a llevar al enfermo a su santuario de curación, y luego, con el sexto sentido, y con auxilio del clariteleidoscopio, hará el examen orgánico pertinente y va a dar su exacto diagnóstico.
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Y cada instructor examina con sus mochilas de plantas una por una, los astrólogos en astrología, los magos en magia práctica, etc. Estos cuerpos energéticos internos del hombre son organismos materiales, que el médico debe conocer intensamenta para hacer un diagnostico las patologías sin fallar, sin cometer torpezas. La utilización del magnetismo animal; la transmisión de la vida ; la trasplantación de las patologías y otras cosas equivalentes, de manera sabia descritas por Paracelso, Cornelio Agrippa, únicamente son posibles para el médico gnóstico que sabe manejar las criaturas elementales de las plantas.
Una de sus especialidades es la Osmoterapia o curación con perfumes. Los medios de diagnosis de la ciencia oficial son insuficientes y, por esta causa, la mayoría de los pacientes mueren y no se conoce de qué patología.
La LEPRA, la SÍFILIS y el CÁNCER resultan ser insignificantes, como juegos de pequeños, ante el horrible poder del médico gnóstico que maneja la vida. Se requiere tener un enorme valor y un amor sin limites a la raza humana para brindarle estas enseñanzas arrastrándolo todo, pues van a chocar en la vanidosa estructura de la medicina alopática. La ciencia médica –el «Anticristo», como lo denomina la Biblia–, tiene poderes desperdigadas por la faz de la tierra y domina en todas y cada una de las capas sociales con el influjo que proporcionan el temor al mal y a la muerte. Al médico se asiste agobiantemente, como una necesidad que no tiene sustituto, como un imperativo que doblega. Se pelea contra las patologías y sus consecuencias; en la paz y en la guerra, el grande y el chico, el pobre y el rico, el humilde y el poderoso. Únicamente en el flagelo del dolor y en las ansias de aliviarlo, la raza humana es comunista. He aquí una demostración palpable de que el dolor redime, aunque se tomare la expresión por su lado materialista, y que la vida humana no es más que una ocasión que se nos ofrece para purificarnos, para divinizarnos, para conocernos dentro de nosotros mismos.
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Para que la leche del «Higuerón», por servirnos de un ejemplo, sea realmente eficiente, es menester extraerla en menguante y tomarla al pie del árbol. De otra forma se adultera y pierde sus propiedades curativas. Si los médicos apetecieran realmente ser científicos de verdad, ser magos de la naturaleza con todo orgullo, no vacilarían en enriquecer el bagaje de su ciencia prestando algo de atención a la sabiduría esconde. La Elementoterapia, revelada por primera vez en este libro, aunque muy antigua, está llamada a ocupar un sitio preferente, por derecho propio, en el concierto de la Salubridad pública.
Cada vicio tiene sus larvas que se adhieren al cuerpo Astral, y sólo desintegrando esas larvas por medio de ciertos perfumes se consigue la curación total de esos vicios. Es absolutamente imposible ser médico en su acepción sin ser clarividente y sin haber estudiado la anatomía, biología y nosología de todos los siete cuerpos del ser humano.
El presidente de los indios Arhuacos se mete en un misterioso recipiente con licor raro, y cuando sale de allí, su cuerpo físico ahora está en el plano astral, y de esta manera se traslada con cuerpo y todo, en pocos momentos, a donde quiera. Estos templos se encuentran en estado de «JINAS», esto es, dentro de la cuarta dimensión, y son las catedrales de la Naturaleza donde habitan los enormes sabios de la «Culebra». Hay también santuarios de luz en Taganga y Gaira (Costa Atlántica de Colombia).